jueves, 6 de noviembre de 2014

Cómo trabajar el reciclaje en el aula

   Cuando hablamos de reciclaje no solo nos referimos a la separación de residuos, sino también a la reutilización de estos y a la concienciación sobre qué pasaría si esto no se realizase.                                                                                 
    Por ello, a continuación voy a proponer una serie de medidas y actuaciones que podemos realizar desde el aula para ayudar a nuestro alumnado en esta tarea, que no solo dependerán de la predisposición de estos si no también de la situación geográfica donde nos encontremos:
  • En primer lugar, explicaremos al alumnado que los residuos plásticos no se van de la tierra en muchísimos años, algunos incluso tardan miles, por lo que tenemos que tener cuidado con dónde lo tiramos.                                          
  • Asimismo, trataremos de crearles conciencia sobre los peligros de arrojar basura a ríos, lagos y playas para los animales que habitan en estos sitios. Ya que los niños y las niñas suelen interesarse mucho por el mundo animal esta tarea, bajo mi punto de vista, puede resultar sencilla.                                    
  • En el caso de encontrarnos en un lugar con la playa cerca, podemos realizar una limpieza de tapones y demás deshechos plásticos que nos encontremos. Así podemos hacerle ver que no es sólo importante que nosotros no arrojemos basura para que nuestras playas estén limpias si no que, también, para que las de los demás habitantes del mundo lo estén.                
  • En el caso de que estemos en un medio rural, eso se puede realizar en los diversos merenderos que se suelen encontrar en los alrededores. Podemos tratar de averiguar cuanto tiempo lleva ese material plástico ahí para que experimenten lo explicado.                                                                                  
  • Podemos realizar talleres de reutilización de materiales plásticos (botellas para hacer soportes para lapiceros, vasos de yogur a base de macetas, cartones de huevos para guardar objetos y convertidos en animales, etc.). Existe un sinfín de propuestas para poder realizar esto y que les resulta interesante al alumnado. En estos talleres lo conveniente sería que intervinieran los padres, para que así tomen también ellos conciencia de todo lo que podemos hacer.                                                                               
  • Podemos crear en el aula el rincón de la reutilización, en el que los alumnos cada semana realicen un nuevo material (escobas o fregonas con bolsas de basura y palos de escoba rotos, animales con los yogures o incluso disfraces para Halloween o carnaval). Las temática cambiará cada semana para que vean la multitud de objetos que se pueden realizar.                                                
  • Se puede confeccionar un mural para que el alumnado sepa qué material va en qué contenedor de manera fácil.                                                                         
  • Comenzar el reciclaje en la clase, tirando las botellas vacías en un cubo de plásticos así como envases y demás, el papel en otra papelera distinta así como los deshechos orgánicos en otro más. Obviamos el vidrio porque a clase no se suele llevar por ser peligroso para el alumnado. Todos estos mini-contenedores llevarán un pequeño panel identificativo para que, en el caso de duda sobre donde va, fácilmente sepan cuál va en qué lugar. En el caso del de plásticos, por ejemplo, puede llevar dibujado envoltorios de galletas, envases de yogures, cucharas de plástico, cañitas, etc.

La experimentación en las aulas

    Después de haber analizado lo que la legislación dice acerca del entorno natural y una selección de los distintos artículos propuestos en la bibliografía, he llegado a una serie de conclusiones.

     En primer lugar, a pesar de que la ley te da total libertad para actuar en este tema e incluso para los informes PISA se requieren ciertos conocimientos científicos, vemos que a los y las docentes parece que les da algo de miedo hacer experimentos de diversas índoles al aula. Esto en gran medida se debe a la falta de recursos y conocimientos técnicos por parte de estos, cuando en verdad hay un gran número de experiencias que se pueden realizar y que son de bajo coste. En mi opinión, sobre todo es por el miedo a lo desconocidos, pues los conocimientos adquiridos, con suerte, en la formación elemental de la escuela hace mucho que se dejó atrás y realizar experiencias requiere ponerse al día en todo ello para que no se quede simplemente en la realización de actividades si no que se incluya las hipótesis del alumnado, así como las conclusiones que sacamos con todo lo experimentado, para que el trabajo tenga unos frutos que valgan la pena.

     Por otro lado, los docentes normalmente se centran en lo que se aprende, en los conocimientos y reflexiones que se pueden llegar a obtener con las experiencias. En cambio, vemos que no sólo es lo interno si no que, el alumnado al realizarlos, sobre todo si están en relación con su día a día, interaccionan unos con otros, ya sea comentando resultados o experimentando juntos, por lo que vemos que también constituye una herramienta integradora tanto de niños que sean más tímidos como con colectivos en riesgo de exclusión haciéndolos participe de las actividades y que así se relacionen con el resto del grupo-clase. Además podemos conocer diversas cuestiones de su cultura y compararla con la nuestra a través de ellos y, de esta manera, acercarlos al resto de compañeros y compañeras.


   Por tanto, son múltiples los beneficios que se sacan de la realización de experiencias con el alumnado de infantil, así que no hay que tener miedo a indagar, informarse y llevarlo al aula, pues los infantes estarán encantados de realizarlos y resultan ser un recurso con gran utilidad.

martes, 7 de octubre de 2014

Una primera reflexión


   Tras leer el cuento adaptado ¿Por qué le creció la trompa al elefante? he llegado a una serie de conclusiones.

   Es normal que los infantes sientan curiosidad, la cuál, como norma general, tratamos de acallar o responder rápidamente para poder seguir así con otras cosas, a nuestro entender, más importantes. Además, ser curioso nunca ha sido bueno. A todos nos han dicho alguna ve "la curiosidad mató al gato", entendiendo con ello que es mejor no preguntar. Sin embargo, pocos añaden "pero el gato murió sabiendo". Con esto me vengo a referir a que la curiosidad como tal no es mala, puesto que el saber no ocupa lugar. 

   El cuento en cuestión me ha hecho comprender que debo seguir la curiosidad de mi futuro alumnado, sobre todo si esta es sobre el entorno cercano suyo, pues mediante experimentación directa e investigación harán un aprendizaje más significativo sobre el mundo que les rodea para que éste deje de ser tan abstracto.

   Me gustaría tener información acerca de esto, de cómo acercar al alumnado hechos cotidianos (como porqué llueve, cómo se forman las nubes y otros temas fuera de lo meteorológico) de manera no solo oral sino también manipulativa. Asimismo, siento curiosidad sobre como introducir la naturaleza en la vida de los niños, en el aula, de una manera novedosa. No se si habrá proyectos hechos acerca de eso, pero normalmente a lo máximo que se llega es a llevar a las niñas y los niños al parque o a la granja escuela para culminar un proyecto determinado de animales, cuando seguramente haya muchas más posibilidades por descubrir. Además, estas actuaciones en poblaciones rurales son menos atractivas, pues los infantes están acostumbrados a estar rodeados de naturaleza y a valorarla de igual manera que otros. ¿Cómo se les podría hacer atractivos estos temas a niños de sitios más rurales?

   Quizás son cuestiones que indagando un poco más podrían resolverse solas, pero creo que contar con una base de datos de experimentos a realizar con el alumnado para que descubran el mundo de otra forma y de proyectos realizados tanto en la ciudad como en el medio rural sería interesante para poder apoyarme en el futuro desarrollo de mi profesión.